Pensando que los cachopos eran animales silvestres cazados para su consumo, la organización animalista PETA llevaba años haciendo campaña en contra del consumo de este producto y entrando en restaurantes asturianos para rescatar cachopos y liberarlos en el bosque. «Cachopos are just beautiful creatures», puede leerse en algunas fotografías reivindicativas que hay en la cuenta de Instagram de la organización.
Hasta hace pocos días, los simpatizantes de PETA insistían en que los cachopos (dos filetes de ternera rellenos de queso y rebozados) pueden llegar a alcanzar hasta 15 metros de longitud en libertad. «¿Cuántos cachopos hay en los bosques asturianos? Ni uno solo: los estamos extinguiendo», se quejaba en Instagram una seguidora de la asociación.
«A veces la bondad nos puede y hasta hace unos días pensábamos que los cachopos eran mamíferos tipo zarigüeya o mangosta. Ahora que sabemos que no es así, seguimos considerando que es un horror consumirlos», explica a la prensa Dolores Parmalat, portavoz de PETA en España. Pese a saber que los cachopos no son seres vivos, Parmalat insiste en que «hay un tema de empatía animalista» que empuja a muchos de sus activistas a seguir abogando por su liberación.
Si bien los cachopos no son un animal en sí mismo, sí es cierto que son necesarias un mínimo de 15 terneras, 3 cerdos y 12 pollos para confeccionar uno de tamaño medio y relleno con los ingredientes básicos.
Visto en: Mundo Today