Después de recibir esta semana críticas y burlas por lucir unas alpargatas durante una videoconferencia desde Lanzarote, Pedro Sánchez se ha desplazado de urgencia a bordo de su avión Falcon a Kabul, donde los talibanes han tomado el poder, y ha arrojado con fuerza una alpargata contra Zabihullah Mujahid, portavoz talibán, en el transcurso de una rueda de prensa.
Aunque la alpargata -que lucía la bandera de España- no llegó a golpear a los dirigentes talibanes, el gesto del presidente español ha tenido un gran impacto internacional. «¿Es un héroe o un loco?», se preguntaba esta mañana The New York Times. En cualquier caso, el mandatario ha logrado callar a quienes ponían en duda su tibia gestión de la crisis internacional.
Sánchez fue evacuado «por los pelos», según fuentes del gabinete presidencial, y se encuentra ahora mismo en Dubai, desde donde partirá de regreso a España esta misma tarde. «Salió de la sala de prensa escopeteado y con un pie descalzo, dando saltos», señala un portavoz de Moncloa.
«Está bien, me callo», ha declarado hace unas horas en Twitter el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que no escatimó las críticas a Sánchez por comparecer en alpargatas. «Pero sigue siendo postureo, nada ha cambiado en Afganistán», matizaba luego. Desde la cuenta oficial del PP preguntaban también «cuánto ha costado llenar el depósito del Falcon para hacer el numerito».
El gesto de Pedro Sánchez recuerda al del periodista iraquí Muntazer al Zaidi, que en 2008 arrojó sus dos zapatos al entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante una conferencia de prensa en Irak.
Visto en: Mundo Today